DICAF

Los programas de fertilización in vitro se desarrollaron inicialmente para mujeres con alteraciones en las trompas de Fallopio, pero debido a su éxito y los buenos resultados obtenidos, estos programas se extendieron a las parejas con infertilidad de origen desconocido e inexplicable y con problemas de fertilidad masculina. La fertilización in vitro es un procedimiento caro e incomodo para la mujer y requiere un gran equipo de buenos profesionales. Algunos estudios consideran que la inseminación intrauterina, con o sin superovulación, es un método que conduce a una elevada frecuencia de embarazos en parejas con infertilidad idiopática o sub-fertilidad masculina. Se realiza un estudio con 258 parejas con sub-fertilidad idiopática o masculina para valorar el tratamiento más costo-efectivo, la fertilización in vitro o la inseminación intrauterina (con o sin hiperestimulación ovárica), tratados como máximo durante 6 ciclos. El porcentaje de embarazos por ciclo fue superior en el grupo de fertilización in vitro (12.2%) respecto a los grupos de inseminación intrauterina (8.7 y 7.4%), pero la frecuencia acumulativa de embarazos fue similar en los tres programas (fertilización in vitro, inseminación intrauterina sin y con hiperestimulación ovárica). La frecuencia de abandonos, antes de acabar los 6 tratamientos, fue superior en el programa de fertilización in vitro (42%), que en los grupos de inseminación intrauterina (15 y 16%). El único factor hallado que afecta el éxito de los resultados es la edad de la mujer. Tras el estudio económico de estos programas se concluye que la inseminación intrauterina es más costo-efectiva que la fertilización in vitro, aunque los resultados en frecuencia de embarazos son similares. Se considera la inseminación intrauterina en ciclos espontáneos como de primera elección, seguido de la inseminación con hiperestimulación (con mayores riesgos) y como alternativa menos costo-efectiva la fertilización in vitro para aquellas parejas con sub-fertilidad idiopática o masculina.