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La gripe es una enfermedad conocida desde la antigüedad que afecta anualmente a gran cantidad de individuos en todo el mundo y en algunos casos puede ser mortal. El control efectivo de la gripe implica el uso óptimo de las vacunas y los antivíricos activos existentes. La decisión de prescribir un antivírico para la prevención o tratamiento de la gripe debe basarse en la seguridad o elevada probabilidad de que el individuo está expuesto o presenta una infección por el virus influenza. El uso de pruebas de diagnóstico rápido puede facilitar la decisión. La rimantadina y amantadina son antivíricos activos sólo contra el virus influenza A, ambos son efectivos en la prevención y tratamiento de la gripe causada por este virus. La amantadina estimula la liberación de catecolaminas, por ello posiblemente presenta efectos adversos a nivel de sistema nervioso central (ansiedad, depresión, insomnio) que no presenta, o con frecuencia muy inferior, la rimantadina. Ambas pueden provocar náuseas, vómitos y dispepsia. Los efectos adversos de estos fármacos desaparecen al suspender el tratamiento. En la prevención de la gripe ambos fármacos poseen una eficacia similar a la vacuna, para el tratamiento son útiles si se inicia la administración durante los 2 primeros días en que se presentan los síntomas. El zanamivir y oseltamivir son antivíricos eficaces frente a los virus influenza A y B. El zanamivir se administra inhalado mientras que el oseltamivir por vía oral. El zanamivir posee pocos efectos adversos (menos del 5% de la población), sin embargo, debe usarse con precaución en pacientes con patologías respiratorias porque puede producir broncoespasmo o incrementar la hiperreactividad bronquial existente. El oseltamivir puede producir náuseas y vómitos hasta en un 10% de los casos, pueden reducirse tomando el medicamento con los alimentos. Ambos fármacos están indicados en el tratamiento de la gripe en pacientes con inicio de síntomas en un periodo inferior a 2 días. La prioridad para el uso de todos estos medicamentos antigripales es para la profilaxis en pacientes con elevado riesgo de complicaciones graves y que no han sido vacunados. Puede valorarse la profilaxis en pacientes que aún habiendo sido vacunados presentan un riesgo elevado, por ejemplo ancianos o inmunodeficientes; la asociación de la vacuna y profilaxis con antivíricos incrementa la protección.
Palabras claves:
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  • EFECTOS-ADVERSOS
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