DICAF

La dispepsia se define como dolor abdominal superior y torácico, disconfort, pirosis, náuseas, vómitos y otros síntomas referidos al tracto digestivo bajo como los producidos por el síndrome de intestino irritable. La dispepsia funcional se manifiesta con los síntomas dispépticos por un período no inferior a 3 meses. Se pueden distinguir cuatro tipos de dispepsia: dismotilidad (distensión abdominal, saciedad precoz, flatulencia, náuseas), reflujo (regurgitación, pirosis), ulcerosa (con dolor) e inespecífica. Si los síntomas son anemia, pérdidad de peso, dolor nocturno y no mejora tras 6-8 semanas de tratamiento se debe buscar otra etiología. El tratamiento se debe iniciar con las medidas no farmacológicas. Estas medidas serían: supresión del tabaco y alcohol, evitar la dieta que el paciente lo relacione con los síntomas y evitar los antiinflamatorios no esteroideos. Si estas medidas no resultan efectivas, se debe pasar a las medidas farmacológicas y se disponen de los siguientes grupos de medicamentos: procinéticos, antisecretores, citoprotectores, antiácidos y psicofármacos. Los citoprotectores como el sucralfato, bismuto coloidal y misoprostol activan los mecanismos defensivos de la mucosa frente a la secreción ácida. El bismuto se utiliza actualmente para el tratamiento erradicador de la infección por Helicobacter Pylori. Los antiácidos como el almagato o madralgato proporcionan un alivio sintomático cuando se toman después de las comidas ( 30-60 minutos). Los ansiolíticos y antidepresivos a dosis bajas siempre se han utilizado para el tratamiento de la dispepsia inespecífica. Su mecanismo de acción consiste en disminuir la secreción ácida del estómago al disminuir el componente de ansiedad de los pacientes. Su uso debe ser restringido. El tratamiento más eficaz de los que actualmente son vigentes es la asociación de antihistamínicos-H2 con procinéticos, o bien, inhibidores de la bomba de protones con procinéticos. Ver ficha: DISPEPSIA FUNCIONAL: Tratamiento: procinético y antisecretor