DICAF

La anafilaxia es una reacción alérgica sistémica grave que puede afectar tanto a adultos como a niños. No existe una definición exacta de la dicha reacción pero se propone que se defina como la presencia de uno o varios de los siguientes síntomas graves: la dificultad respiratoria (debido a un edema laringeo o broncoespasmo) e hipotensión (se presenta como colapso circulatorio y/o pérdida de la consciencia). La respuesta anafiláctica en una persona sensibilizada puede ser mortal apareciendo a los minutos de la exposición a un antígeno específico. El mecanismo por el cual se produce es por la liberación de ciertos mediadores endógenos, tales como histamina, habitualmente como parte de una reacción de hipersensibilidad inmediata. Las causas más frecuentes son las picaduras de insectos, alimentos, medicamentos, productos sanguíneos y vacunas. Entre los signos y síntomas clínicos descritos se encuentran el prurito generalizado, urticaria, edema facial, respiración sibilante, disnea, dolor abdominal, náuseas, vómitos, …que pueden preceder o ir asociados a distrés respiratorio. Algunas veces se produce taquicardia, esto ayuda a diferenciar la anafilaxia de un síncope vasovagal. El edema y picor son síntomas críticos porque suelen manifestarse al inicio de la reacción alertando al paciente. El tratamiento de elección es la epinefrina o adrenalina que debe administrarse dentro de los 20-30 minutos iniciales. Hay que recordar que la intervención debe ser muy rápida para evitar la muerte. Hay pacientes que tienen alto riesgo de sufrir una reacción anafiláctica por ello se les enseña a reconocer los signos y síntomas y cómo deben administrarse la adrenalina en caso de que lo necesitaran. La vía de administración preferente en estos casos es por vía intramuscular. En el mercado se disponen de unas jeringas precargadas para este tipo de actuaciones.