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El insomnio es un desorden común y tratable que consiste en un sueño insuficiente o de mala calidad que conlleva consecuencias en el paciente durante el día. Puede presentarse como dificultad para dormirse, dificultad para mantenerse dormido o sensación de falta de descanso al despertar. Puede ser primario, condicionado por otras alteraciones, o presentarse junto a otros desordenes psiquiátricos, médicos o del sueño. También se puede considerar agudo o crónico, cuando se produce a diario durante mas de 6 meses. Las consecuencias del insomnio son fatiga, perdida de energía, dificultad de concentración, fallos de memoria, perdida de motivación y productividad, dificultad en las relaciones, aumento de la ansiedad y la depresión. En el caso de la perdida crónica de sueño, tras un insomnio no tratado, la fatiga puede conducir a accidentes de circulación o laborales, perdidas de trabajo, problemas de pareja y sociales, perdida de salud, problemas metabólicos y endocrinos, dificultad para mantener el control de peso, enfermedad coronaria, depresión mayor y suicidio. Para la valoración del insomnio, es muy importante la entrevista al enfermo, así como al compañero de cama, y una exploración física. También puede ser necesaria una valoración psicológica, derivándose al paciente para su estudio psicológico o psiquiátrico en todos los pacientes con historia de desordenes psiquiátricos. Una causa de insomnio persistente es el condicionado. Estos episodios surgen de una situación aguda, de modo que el paciente asocia la cama con la falta de sueño, encontrándose hiperactivo en una situación en la que debería estar relajado y con sueño. Esto produce que una vez que desaparece el desencadenante agudo del insomnio, este continúe. El insomnio se presenta a menudo en pacientes con otras situaciones clínicas, como desordenes psiquiátricos, especialmente en pacientes con alteraciones del humor o ansiedad. Las enfermedades, por su condición patológica o por la medicación que acarrean, más frecuentemente asociadas al insomnio son asma, EPOC, insuficiencia cardiaca congestiva, cardiopatía isquémica, reflujo gastroesofágico, enfermedades relacionadas con el dolor, hipertiroidismo, enfermedad renal terminal y desordenes neurodegenerativos. El trastorno del sueño mas relacionado con el insomnio es el síndrome de las piernas inquietas, que afecta al 10% de la población y al 25% de las embarazadas y a veces deriva en un insomnio severo. Otros trastornos del sueño que derivan en insomnio son la apnea obstructiva del sueño, sonambulismo, terrores nocturnos o trastornos de la alimentación. También se produce insomnio en aquellas personas a cargo de individuos que les obligan a levantarse varias veces por la noche, como recién nacidos, ancianos, o esposos con trastornos del sueño. En estos casos, dosis bajas de sedantes como alprazolam o lorazepam pueden ayudar a recuperar el sueño tras el despertar nocturno. En estos casos las siestas y la cafeína pueden ayudar durante el día, pero abusar de esto, o hacerlo por la tarde puede agravar el problema.