DICAF

Las anginas agudas son infecciones benignas que prácticamente siempre tienen una evolución sintomática favorable en pocos días. En este contexto vale más usar con preferencia tratamientos sintomáticos cuyo balance beneficio-riesgo es netamente favorable. El primer tratamiento de las anginas es un tratamiento antálgico-antipirético: como primera elección se usa el paracetamol (1000 mg por toma para el adulto; 15 mg/kg por toma para los niños, a intervalos de unas 6 horas). Entre los AINE, el ibuprofeno (400 mg por toma para el adulto, 10 mg/kg por toma para el niño, a intervalos de unas 8 horas) representa la alternativa que parece hacer correr menos riesgos. Los supositorios no representan una ventaja sobre la vía oral; al contrario, pueden alterar la mucosa rectal; además, la absorción del paracetamol por vía rectal es variable y más lenta que por vía oral. Los corticoides exponen a riesgos imprecisos a cambio de una eficacia poco importante que no se ha comparado con la de otros antálgicos. En cuanto a los anestésicos locales, tienen un cierto efecto sobre la disfagia, pero su eficacia no se ha comparado con la de los antálgicos generales. Pueden ser útiles puntualmente en niños mayores y en adultos. Las otras formas medicamentosas encaminadas a una acción local (pastillas, gargarismos, pulverizaciones) no se han evaluado correctamente. Entre otros efectos son eficaces para favorecer la producción de saliva. No está demostrado que el agua y los caramelos sean menos eficaces que los tratamientos locales con medicamentos. Ningún otro medicamento de acción local (antimicrobiano, antiséptico, anestésico local) aporta una ventaja clínicamente demostrada y la utilización de asociaciones de diversos principios activos aumenta los riesgos de efectos adversos.