DICAF

La hiperactividad en niños es una pauta persistente de comportamiento desorganizado y caótico que se caracteriza por: falta de atención, impulsos incontrolados y sobreactividad. En su forma grave puede llegar a impedir el desarrollo normal del niño así como originar alteraciones en el aprendizaje, problemas de personalidad y conducta antisocial. En atención primaria se debería realizar una primera valoración, tras la observación del médico y recogiendo los datos aportados por los padres, y si es necesario se debería enviar a un especialista en la materia. Antes de iniciar el tratamiento, cabe descartar que los rasgos de hiperactividad no sean causados por una enfermedad física o por un determinado tratamiento. El tratamiento psicológico parece un método adecuado para conseguir cambios permanentes en el desarrollo del niño, sobre todo si se combinan con medidas educacionales. Los medicamentos, en especial los estimulantes centrales, son eficaces pero deben ser reservados a niños que no responden a otras medidas no farmacológicas. La dexanfetamina y el metilfenidato, son los fármacos utilizados, ambas sustancias controladas, cuyo uso debe ser supervisado por un especialista. El metilfenidato es el de 1ª elección, ya que produce menos efectos adversos. La dosis inicial es de 5 mg, 1 ó 2 veces al día que puede ser aumentada en 5-10 mg/día por semana según respuesta hasta un máximo de 60 mg/día repartidos en 2-3 tomas. No está autorizado su uso en niños menores de 6 años. La dexanfetamina (no comercializada en España, pero si la anfetamina) está autorizada en niños mayores de 3 años siendo la posología: de 3-5 años la dosis inicial es de 2.5-5 mg/día, y en mayores de 5 años es de 5-10 mg/día, pudiendo aumentar hasta un máximo de 20 mg/día repartida en 3 ó 4 tomas. Otros fármacos utilizados son: pemolina, imipramina, clonidina.