La introducción paulatina de alimentos a los bebés. Volver a Dicaf

Se entiende por diversificación alimentaria, la variación o introducción gradual en la dieta del lactante de alimentos diferentes a la leche materna o de fórmula, ya sean líquidos, semilíquidos o sólidos, uno a uno y en pequeñas cantidades.

En el momento actual se recomienda una introducción a la diversificación alimentaria entre los 4-6 meses. Se han demostrado factores nutricionales, madurativos (digestivo, inmunitario intestinal, renal), educativos y económicos que favorecen su inicio. Hasta el año de edad, la ingesta del leche humana o de fórmula, o sus equivalentes en productos lácteos no debe ser menor de 500 ml/día. No es conveniente administrar leche de vaca el 1er año de vida, por sus efectos adversos sobre el estado nutricional del hierro, perfil lipídico y por su elevada carga renal de solutos.

No existe razón científica respecto a qué tipo de alimentos deben ser introducidos en primer lugar, por lo que se adaptará a las costumbres de la familia y hábitos del entorno ambiental. Los cereales suelen ser el primer alimento no lácteo que se introduce (4° mes). Son ricos en hidratos de carbono y energía, aportando también, aunque en menor cantidad, proteínas, minerales, ácidos grasos esenciales y vitaminas como tiamina. También están enriquecidos con hierro (se aconseja 0,5 mg/g de producto seco), ya que las necesidades de hierro del lactante aumentan a partir del 4º mes.

Habitualmente se aconseja que las harinas sean sin gluten antes de los 6 meses. Estudios de la Sociedad Europea de Gastroenterología, Hepatología y Nutrición Pediátrica (ESGHPN) recomiendan evitar su introducción antes de los 4 y después de los 6 meses. Luego suele introducirse la fruta en forma de papilla (5 meses), lo cual además de aportar fibra, favorece el tránsito intestinal y proporciona un alto contenido vitamínico, especialmente vitamina C, así como otros antioxidantes. A los 6 meses se introduce el puré de verdura. Está constituido por verduras y hortalizas variadas, a las que se le adicionan carne (inicialmente blancas, luego roja, por ser más digeribles) y una pequeña cantidad de aceite, preferiblemente de oliva. Así se logra un puré con alto valor calórico y con elevado contenido de fibra, vitaminas, sales y minerales, principalmente hierro.

Posteriormente se pueden alternar las carnes con los pescados blancos (9 meses), y finalmente se incorpora el huevo (12 meses, aunque la yema se puede administrar a partir de 9-10 meses) y las legumbres como otras fuentes de proteínas, vitaminas, hierro y ácidos grasos.

FORMACIÓN DICAF:

Farmacoterapia del paciente pediátrico. Particularidades, aspectos nutricionales e infecciones.



The Pharmaceutical Letter 2015; Lib. XVII; nº. 9