El papel de la serotonina en la migraña está apoyado por la eficacia de los agonistas de la serotonina para el tratamiento agudo de la migraña. Entre los agentes usados para el tratamiento de la migraña aguda se incluyen triptanos antiinflamatorios no esteroideos como acetaminofén y antieméticos. Además del tratamiento de la migraña aguda, las directrices 2012 de la Academia Americana de Neurología recomiendan el uso de agentes farmacológicos para la terapia preventiva, con recomendaciones de nivel A que incluyen ciertos medicamentos antiepilépticos, los bloqueadores beta y los triptanos. Tales directivas no abordan actualmente el uso de cannabis para la prevención o el tratamiento de la migraña HA. Sin embargo, los potenciales efectos de los cannabinoides sobre la serotonina en el sistema nervioso central apuntan a que un uso medicinal del cannabis podría tener lugar como alternativa terapéutica.
Actualmente no existen ensayos clínicos que hayan valorado estos posibles efectos de la marihuana en pacientes con migraña, y la única información de la que se dispone al respecto son informes de casos, con la consiguiente falta de rigor científico en relación a ensayos clínicos controlados, que describen como el uso de dronabinol, con o sin consumo productos adicionales de la marihuana, para el tratamiento de la migraña indujo una disminución general del dolor de cabeza.
En este contexto, desde la Universidad de Colorado se optó por llevar a cabo un estudio que permitiera describir los efectos del uso de la marihuana medicinal sobre la frecuencia mensual de la cefalea migrañosa. Como resultados secundarios se documentó el tipo y dosis de la marihuana medicinal utilizada, existencia de terapias contra la migraña previas y complementarias, y los efectos informados por los pacientes.
El trabajo, retrospectivo y observacional, revisó los resultados de 121 adultos a los que, con diagnóstico de migraña primaria, les fue recomendado tratamiento o profilaxis con marihuana medicinal por un médico, entre enero de 2010 y septiembre de 2014, y para los que existía informe de, al menos, una visita de seguimiento.
El uso de la marihuana por parte de los pacientes se realizó de forma diaria, comúnmente consumida en más de una forma (comestible, inhalada,…) y en el 90%, tanto a modo preventivo como de tratamiento. Se observó una reducción estadísticamente significativa de la frecuencia de migraña de 10,4 a 4,6 cefaleas al mes, con reporte en general de más efectos positivos que negativos (somnolencia y dificultad para controlar los efectos de la marihuana en relación con el tiempo y la intensidad de la dosis), que se registraron principalmente y con más intensidad entre los consumidores de formas comestibles de marihuana. La forma inhalada de marihuana fue la más comúnmente utilizada para el tratamiento de la migraña aguda, demostrando capacidad para inducir el cese de las migraña.
A pesar de las múltiples limitaciones con las que contó el estudio (como la falta de documentación en algunos apartados respecto del tipo de marihuana utilizada, las dosis, el número de veces diarias que se producía consumo, la naturaleza de los tratamientos previos o concomitantes,…), los efectos positivos observados en la reducción de la frecuencia de la migraña con el uso de la marihuana medicinal son suficientes, en opinión de los autores, para justificar la realización de estudios prospectivos que deben llevarse a cabo a fin de explorar la relación de causa-efecto y los mecanismos subyacentes, así como el uso óptimo de las diferentes cepas, formulaciones y dosis para entender mejor los efectos de la marihuana medicinal en el tratamiento y la profilaxis de los procesos migrañosos crónicos.