Según un nuevo estudio, el consumo de carne roja y procesada no tiene impacto sobre la salud. Volver a Dicaf
Un nuevo trabajo de revisión de estudios centrados en los efectos de este tipo de alimentos en nuestra dieta concluye que consumirlos no tiene un impacto relevante para la salud. Estos datos causarán sin duda controversia pero los investigadores destacan la robustez metodológica y transparencia de su trabajo.

En 2015, después de analizar los resultados de una serie de trabajos que se centraron en el estudio del impacto sobre la salud humana del consumo de carne roja (res, ternera, cerdo, cordero, caballo y cabra) y procesada (transformada a través de la salazón, el curado, la fermentación, el ahumado, u otros procesos para mejorar su sabor o su conservación), la Organización Mundial de la Salud (OMS) clasificó estos alimentos como pertenecientes al Grupo 2A (esto es, probablemente cancerígenos para los seres humanos) y Grupo 1 respectivamente (esto es, cancerígeno para los seres humanos). Como ejemplo, en su exposición la OMS concretó que basándose en análisis de los datos de 10 estudios se estimó que cada porción de 50 gramos de carne procesada consumida diariamente aumenta el riesgo de cáncer colorrectal en aproximadamente un 18%.

El riesgo de cáncer relacionado con el consumo de carne roja fue más difícil de estimar debido a que la evidencia de que la carne roja causa cáncer no es tan fuerte. Sin embargo, los datos con los que se trabajó si parecían demostrar que la asociación entre el consumo de carne roja y el cáncer colorrectal es causal- Así, los datos sugirieron que el riesgo de cáncer colorrectal podría aumentar en un 17% por cada porción de 100 gramos de carne roja consumida diariamente.

Ahora, un importante estudio dirigido por investigadores de las universidades canadienses de McMaster y Dalhousie hace públicos nuevos resultados en los que se indica que la reducción del consumo de carne roja y procesada tiene poco impacto en la salud. En este trabajo un panel de científicos internacionales revisó sistemáticamente la evidencia y ha recomendado que la mayoría de los adultos continúen comiendo sus niveles actuales de carne roja y procesada.

Los investigadores realizaron cuatro revisiones sistemáticas centradas en ensayos controlados aleatorios y estudios observacionales que observaron el impacto de la carne roja y el consumo de carne procesada en los resultados cardiometabólicos y el cáncer.

En una revisión de 12 ensayos con 54.000 personas, los investigadores no encontraron una asociación estadísticamente significativa o importante entre el consumo de carne y el riesgo de enfermedad cardíaca, diabetes o cáncer. En tres revisiones sistemáticas de estudios de cohortes que siguieron a millones de personas, se observó una reducción muy pequeña en el riesgo entre aquellos que consumían tres porciones menos de carne roja o procesada a la semana, pero esta asociación era incierta. Los autores también realizaron una quinta revisión sistemática que analizó las actitudes de las personas y los valores relacionados con la salud en relación con el consumo de carnes rojas y procesadas. Descubrieron que las personas comen carne porque la ven saludable, les gusta el sabor y son reacias a cambiar su dieta.

El presidente del comité de directrices asume que sus conclusiones son contrarias a muchas pautas nutricionales actuales pero destaca que el grupo de investigación, con un panel de 14 miembros de siete países, utilizó una metodología de revisión sistemática rigurosa y métodos GRADE que certifican la certeza de la evidencia para cada uno de los resultados obtenidos.

No hubo fuentes primarias de financiación externas.



Annals of Intenal Medicine 2019 DOI: 10.7326/M19-1621
Annals of Internal Medicine 2019; DOI: 10.7326/M19-0622
Annals of Internal Medicine 2019; DOI: 10.7326/M19-1326
Annals of Internal Medicine 2019; DOI: 10.7326/M19-1583
Annals of Internal Medicine 2019; DOI: 10.7326/M19-0699
Annals of Internal Medicine 2019; DOI: 10.7326/M19-0655
Annals of Internal Medicine 2019; DOI: 10.7326/M19-2620