DICAF

Las vitaminas son micronutrientes que no pueden ser sintetizados directamente por el organismo por ello es preciso su aporte a través de los alimentos. Con una alimentación variada no es necesario aporte de vitaminas. Las vitaminas liposolubles tienden a acumularse en los tejidos grasos y hay mayor riesgo de sobredosificación ya que se eliminan muy lentamente. El retinol (vitamina A) participa en el mecanismo de captación de luz por la retina, en la integridad epitelial de la piel, en aparato respiratorio, en la producción de glucoproteínas. Su deficiencia produce ceguera nocturna, hiperqueratosis, xeroftalmia, malformaciones fetales e incremento en contraer enfermedades infecciosas (rubéola o sarampión). Una sobredosificación produce cefalea, descamación dérmica, hepatomegalia, esplenomegalia, alteraciones óseas y malformaciones fetales. El calciferol (vitamina D) está relacionado con la absorción y regulación de calcio y fósforo, son esenciales en la formación y regeneración ósea. Su deficiencia se manifiesta como raquitismo (niños) y osteomalacia (adultos). Una sobredosificación produce anorexia, transtornos visuales, alteraciones renales y calcificación generalizada. En niños puede disminuir el crecimiento y ser teratógeno en embarazadas. El tocoferol (vitamina E) es un potente antioxidante que previene la degradación temprana de las membranas celulares. Su déficit produce anemia hemolítica, edemas y alteraciones neurológicas, renales y musculares. La menadiona (vitamina K) está implicada en la cascada de coagulación siendo indispensable en la coagulación sanguínea. Su deficiencia produce hemorragias. Una sobredosificación puede antagonizar el efecto de los anticoagulantes orales, este efecto se aprovecha para su sobredosificación.