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La alopecia androgénica es un debilitamiento piloso hereditario y mediada por andrógenos que afecta a hombres y mujeres. El debilitamiento del pelo se inicia entre los 12-40 años en ambos sexos. El tratamiento en el hombre puede realizarse con finasterida oral (1 mg/día) o minoxidilo tópico (solución al 2-5%). Ambos fármacos pueden incrementar el crecimiento capilar y retrasar el debilitamiento del pelo existente, sin embargo ningún tratamiento restablece totalmente el crecimiento de todo el cuero cabelludo y la respuesta varia de un individuo a otro. La finasterida es un inhibidor competitivo de la 5-alfa-reductasa e inhibe la conversión de testosterona en dihidrotestosterona. Disminuye los niveles de dihidrotestosterona, pero como no posee actividad por el receptor androgénico no interfiere con las acciones de la testosterona y no posee otras acciones esteroides. La utilización de 1 mg/día de finasteride ha demostrado incremento del crecimiento del cabello, después de un año de tratamiento y comparado con placebo. Después de 2 años de tratamiento, incrementó la cobertura de las zonas de calvicie en aproximadamente 2/3 de los hombres. Existen estudios en marcha para ver la respuesta después de 5 años de tratamiento. La finasterida a dosis de 1 mg/día es segura y se tolera bien. Los efectos adversos observados son reversibles y son: disminución de la libido, disfunción eréctil y eyaculatoria en el 1-2% de los casos. El minoxidilo promueve el crecimiento capilar en diversas condiciones como alopecia androgénica, alopecia areata, hipotricosis congénita, … La aplicación de una solución al 2 o 5% de minoxidilo, dos veces al día, durante 1-2 años ha demostrado incrementar el crecimiento capilar en el 50% de los pacientes y de manera 5 veces superior al placebo. Para su aplicación no se requiere masaje. No se recomienda el uso de sprays, ya que el medicamento queda depositado en el pelo, mientras que si se aplica con los dedos, éste va más directamente sobre el cuero cabelludo