La enfermedad de Parkinson es una alteración progresiva neurodegenerativa que afecta al 1% de la población mayor de 50 años. Por ahora no tiene cura. El tratamiento está dirigido en reducir los síntomas clínicos.
Existe controversia si se debe iniciar el tratamiento lo antes posible debido al potencial riesgo-beneficio que existe para el paciente.
El tratamiento de primera línea para tratar esta enfermedad es la levodopa pero ahora empieza a competir con el ropirinol, otro agonista dopaminérgico.
El ropinirol se puede utilizar en monoterapia al inicio del tratamiento, con el objeto de retrasar la introducción de la levodopa, o bien, en combinación con levodopa, durante el curso de la enfermedad cuando el efecto de la levodopa disminuye o se hace inconsistente.
Algunos médicos prefieren prescribir levodopa para mitigar rápidamente los síntomas olvidando que a largo plazo aparecen complicaciones como movimiento irregular involuntario y posible neurotoxicidad.
Según los últimos estudios, el ropinirol parece que es el tratamiento efectivo para el inicio de la enfermedad de Parkinson. Aunque la levodopa es el fármaco más óptimo para la enfermedad, el ropinirol proporciona una mejoría en las habilidades funcionales mientras que minimiza los movimientos anormales involuntarios.
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NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.