Sesión Bibliográfica. 01 de Octubre de 2000 (19)

De los fármacos siempre se espera obtener una respuesta terapéutica pero a veces pueden producir efectos adversos que alteran las funciones psicomotoras pudiendo contribuir a importantes errores humanos. Al revisar la literatura sobre este tema los fármacos de los cuales se obtiene mayor información son antihistamínicos y benzodiazepinas. Existen otros, como analgésicos opiáceos, antidiabéticos, antiepilépticos, antidepresivos, antiparkinsonianos agonistas dopaminérgicos, barbitúricos,…que también deben considerarse. Los pacientes jóvenes adolescentes en tratamiento con antidepresivos tricíclicos o con analgésicos opiáceos constituyen el mayor grupo de riesgo a sufrir accidentes de tráfico y en segundo lugar lo constituyen los de mayor edad. Los antihistamínicos como el dimenhinadrato, bromfeniramina, clorfeniramina, cinarizina, difenhidramina, hidroxicina entre otros, producen sedación, discinesia, ansiedad, insomnio, parestesia, alteraciones de visión y alucinaciones. No se recomienda conducir cuando se está en tratamiento con antihistamínicos de primera generación. El riesgo es menor con antihistamínicos de segunda generación como astemizol, ebastina, terfenadina, fexofenadina, loratadina y mizolastina pero no queda descartado porque no están exentos de actividad central pudiendo afectar a la conducción. Debido a las variaciones inter-individuales es conveniente advertir al paciente que evite conducir si le aparece somnolencia, al igual que evitar ingerir bebidas alcohólicas.
Palabras claves:
  • RIESGOS
  • ALCOHOL
  • ACCIDENTES
  • INFORMACION
  • RECOMENDACIONES

NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.