El papel de los corticosteroides en pacientes con artritis reumatoide está controvertido.
Está descrito que dosis de 7.5mg al día de prednisona reducen la progresión radiográfica de la enfermedad pero puede producirse deterioro al disminuir las dosis o al interrumpir el tratamiento.
Pacientes con una mala respuesta a los modificadores o que no los toleran presentan buena respuesta si se asocian a dosis de 5-10mg de prednisona o incluso a dosis menores. Las dosis bajas de prednisona son útiles en mujeres embarazadas, en ancianos y en jóvenes para controlar la enfermedad hasta que aparecen los efectos terapéuticos de los antirreumatoides que tienen un inicio de acción lento.
Las dosis altas de corticosteroides son necesarias en manifestaciones sistémicas graves de artritis reumatoide como sería la pericarditis o vasculitis.
La administración intraarticular de corticosteroides (hexacetónido de triamcinolona) suele aliviar el dolor articular sin consecuencias sistémicas.
Los efectos adversos de los corticosteroides sistémicos son osteoporosis, aumento de peso, retención hídrica, cataratas, glaucoma, aceleración de la aterosclerosis, necrosis vascular, mala cicatrización de heridas, úlceras gástricas, sangrado intestinal, hiperglucemia, hipertensión, supresión suprarrenal y aumento de riesgo de infecciones. Tratamientos cortos a dosis bajas pueden producir pérdida ósea por lo que deben administrarse suplementos de calcio y vitamina D.
Palabras claves:
- ADMINISTRACION
- REFRACTARIOS
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- DOSIS
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- SUPLEMENTOS
- EFECTOS-ADVERSOS
NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.