El tratamiento de la artritis reumatoide con metotrexato, sulfasalazina e hidroxicloroquina o metotrexato, sulfadiazina y prednisona es más eficaz que cualquiera de las monoterapias. Las dosis de prednisona son de 60mg al día que se deben ir disminuyendo semanalmente hasta 7.5 mg al día. En pacientes refractarios a los fármacos habituales se ha observado que si se asocian presentan una mayor eficacia como ocurre con las asociaciones de metotrexato, sulfasalazina e hidroxicloroquina o metotrexato más ciclosporina que son mejores que el metotrexato sólo o la asociación de sulfasalazina e hidroxicloroquina. La adición de leflunomida a tratamientos con metotrexato, en régimen de monoterapia, en pacientes refractarios a éste resultó eficaz en la mitad de los casos. La adición de etanercept o infliximab al tratamiento con metotrexato ha mostrado eficacia en aquellos pacientes con síntomas de resistencias al metotrexato sólo. Aún queda por establecer la seguridad a largo plazo y eficacia terapéutica de los inhibidores del TNF o inhibidores del factor de necrosis tumoral (etanercept o infliximab).