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La depresión es una patología muy frecuente. Sea cual fuere la forma que reviste, el suicidio es un riesgo permanente de la misma. Por ello el farmacéutico ha de estar dispuesto a detectar los síntomas para incitar al paciente a consultar. En efecto, un tratamiento precoz permite romper el círculo vicioso de una enfermedad recidivante y reducir el riesgo de fármaco-resistencia. El farmacéutico también es susceptible de dispensar los consejos relativos al tratamiento. ¿Qué decir al paciente al despacharle un antidepresivo? 1. desdramatizar la toma de un antidepresivo: la depresión es una enfermedad como cualquier otra. Es frecuente y a veces requiere la toma de un medicamento eficaz. 2. explicar que pueden aparecer efectos secundarios sin gravedad real, pero que por ello no debe suspenderse el tratamiento ni disminuir la posología. En la mayoría de los casos estos efectos pierden intensidad o desaparecen en 2 o 3 semanas. En caso de duda, es conveniente hablar con su farmacéutico o su médico. 3. recordar que la mejoría del estado no es inmediata: el efecto antidepresivo realmente perceptible no se manifiesta hasta pasadas varias semanas de tratamiento. 4. aconsejar que se respeten determinadas reglas: - tomar el medicamento a horas regulares - no olvidarse de tomarlo - respetar las dosis prescritas - no beber alcohol 5. desaconsejar al paciente que mejora la suspensión del tratamiento por propia iniciativa. Sólo el médico puede tomar esta decisión. Esta suspensión será progresiva. 6. aconsejar al paciente que, en caso de que consulte a otros médicos por otras afecciones, les informe de que toma un antidepresivo 7. proponerle que consulte con el médico o el farmacéutico antes de tomar otros medicamentos.