DICAF

La dispepsia se define como dolor abdominal superior y torácico, disconfort, pirosis, náuseas, vómitos y otros síntomas referidos al tracto digestivo bajo como los producidos por el síndrome de intestino irritable. La dispepsia funcional se manifiesta con los síntomas dispépticos por un período no inferior a 3 meses. Se pueden distinguir cuatro tipos de dispepsia: dismotilidad (distensión abdominal, saciedad precoz, flatulencia, náuseas), reflujo (regurgitación, pirosis), ulcerosa (con dolor) e inespecífica. Si la medidas no farmacológicas no resultan efectivas, se debe pasar a las medidas farmacológicas: procinéticos, antisecretores, citoprotectores, antiácidos y psicofármacos. Los procinéticos actúan bloqueando los receptores dopaminérgicos, aumentando la motilidad del tracto digestivo y la presión del esfínter esofágico inferior. Se dispone de metoclopramida, cleboprida y domperidona pero en ancianos pueden producir efectos extrapiramidales. La cisaprida activa la liberación de acetilcolina y aumenta la presión del esfínter pero produce prolongación de la onda QT y su uso es restringido. Los antisecretores son los fármacos de elección en dispepsia no ulcerosa y ulcerosa. Los más utilizados son los antagonistas de los receptores de H2 (cimetidina, ranitididina 150mg/12h , famotidina 20mg/12h). Los inhibidores de la bomba de protones (omeprazol 20mg/24h, pantoprazol 40mg/24h, lansoprazol 30mg/12h) son los antisecretores más potentes, con escasos efectos adversos y de mayor eficacia en el tratamiento de la úlcera gástrica y duodenal, así como del tratamiento erradicador de la infección por Helicobacter pylori. La terapia recomendada para esta infección es omeprazol 20mg/12 asociada a claritromicina 500mg/12h y amoxicilina 1 g/12h durante 7 días. Ver ficha: DISPEPSIA FUNCIONAL: Tratamiento: citoprotectores, antiácidos, psicofármacos y medidas no farmacológicas