Sesión Bibliográfica. 01 de Octubre de 2001 (30)

La dermatitis atópica es una enfermedad inflamatoria crónica de la piel que frecuentemente se presenta ya en la infancia. Aproximadamente el 60% de los pacientes presentan signos de esta enfermedad inmunológica desde el primer día de vida, el 30% restante a la edad de 5 años. Muchos casos se resuelven por si solos a los 2 años y en otros muchos persiste hasta la pubertad en que desaparece. Los casos en que la enfermedad perdura hasta la edad adulta suponen una disminución de la calidad de vida y dificultan la relación social del paciente, requieren muchas visitas médicas y pérdida de días de trabajo y de escuela y generan un coste sanitario significativo. La presencia de dermatitis atópica es un potente predictor del desarrollo de rinitis alérgica y asma. Las personas con atopia o con antecedentes familiares de atopia son más propensas al desarrollo de dermatitis atópica. Los síntomas clínicos y manifestaciones de la dermatitis atópica son prurito intenso, eritema, inflamación dérmica, exudación y a largo plazo, liquenificación (piel fina y dura con exageración de las marcas normales. En los lactantes afecta la cara, en los niños mayores el antebrazo. Puede afectar otras áreas como las palmas de la mano y las plantas de los pies, el tronco, los labios o los párpados. Habitualmente se hallan concentraciones elevadas de inmunoglobulina E y eosinofilia. El tratamiento de la dermatitis atópica se inicia eliminando o evitando el factor o factores desencadenantes o que agravan el cuadro. Las causas más frecuentes del prurito son el calor, la lana, el estrés, algunas comidas, el resfriado común y los parásitos del polvo. Se recomienda una buena higiene de la piel, con hidratantes libres de irritantes. El tratamiento principal de la dermatitis atópica es con corticosteroides tópicos durante cortos períodos de tiempo. No debe mantenerse para evitar sus efectos adversos. Las alternativas terapéuticas son: preparados tópicos con coaltar y fototerapia. Existe poca evidencia sobre el beneficio de los antihistamínicos por vía oral como antipruriginosos, aunque su uso en periodos cortos de tiempo puede ser útil por su acción sedante. El tacrolimus por vía tópica presenta mejor penetración y potencia que la ciclosporina. Los estudios que evalúan el efecto del tacrolimus tópico en el tratamiento de la dermatitis atópica muestran que es seguro y efectivo, aunque faltan estudios para determinar la duración óptima del tratamiento y su seguridad en niños menores de 7 años.
Palabras claves:
  • FK-506
  • FOTOTERAPIA
  • ANTIHISTAMINICOS
  • EFICACIA
  • COALTAR
  • CORTICOIDES

NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.