DICAF

La heroína suele administrarse por vía intravenosa, pero el polvo puede inhalarse o fumarse. La sobredosis de heroína causa depresión respiratoria, edema pulmonar, coma, bradicardia e hipotensión. Los efectos tóxicos de otros opioides son similares a los de la heroína, pero en el caso de los opioides de acción prolongada como la metadona o L-alfa-acetilmetadol (LAAM) puede durar varios días. La asociación de propoxifeno o petidina o tramadol con pentazocina y tripenelamina (antihistamínico) puede causar convulsiones. La petidina puede ocasionar delirio. Los opioides sintéticos como fentanilo pueden ser mortales en sujetos que desconocen su alta potencia. La dosis inicial de 2 mg de naloxona endovenosa contrarresta la toxicidad de la mayoría de los opioides. La abstinencia aguda cursa con ansiedad, piloerección, bostezos, estornudos, rinorrea, náuseas, vómitos, diarrea, dolores abdominales y calambres musculares. La metadona suprime estos síntomas de abstinencia. La clonidina puede ser útil pero el alivio subjetivo es inferior al que proporciona la metadona. La cocaína puede ingerirse, esnifarse o inyectarse por vía intravenosa. Las concentraciones máximas se alcanzan a los 60 o 90 minutos tras la ingestión oral, si se esnifa, se administra por vía endovenosa o si se fuma el tiempo es de 30 a 60 minutos. La semivida de eliminación de la cocaína es breve, por ello los efectos son breves. Los traficantes ingieren bolsas de cocaína para así poder transportar la droga, si se rompe una de estas bolsas los efectos que se producen son muy graves y prolongados. La cocaína tiene un efecto simpaticomimético generalizado. La toxicidad cardiovascular incluye taquicardia sinusal, arritmias supraventriculares o ventriculares, prolongación del intervalo QRS e hipertensión grave que puede producir hemorragias cerebrales o disección de aorta. La cocaína produce vasoconstricción en las arterias coronarias llegando a describirse casos de infarto de miocardio. La cocaína fumada o inyectada puede producir edema o hemorragia pulmonar y en forma de crack puede dar lugar a neumonía intersticial. Los efectos de la cocaína a nivel del sistema nervioso central son ansiedad, agitación, paranoia, delirio, convulsiones, vasculitis cerebral y accidentes vasculares cerebrales trombóticos o hemorrágicos, hipertermia, rabdomiolisis y hepatotoxicidad. Como la toxicidad de la cocaína es tan breve no hay un antídoto específico, solamente hay que tratar lo efectos que van apareciendo.