Sesión Bibliográfica. 01 de Agosto de 2002 (39)

La esclerosis múltiple es el prototipo de enfermedad inflamatoria autoinmune del sistema nervioso central y la causa más común de disfunción neurológica en adultos jóvenes. Es una alteración que se produce con la confluencia de factores genéticos y ambientales aún desconocidos que conducen a una degeneración neuronal. El curso clínico se caracteriza por episodios de recuperación y episodios de déficit persistente, con una progresión secundaria. El objetivo del tratamiento es reducir la frecuencia de las recaídas, mejorar los síntomas, prevenir la discapacitación que produce la progresión de la enfermedad y promover la recuperación del tejido dañado. Los interferones beta han mostrado, en ensayos clínicos, efecto sobre la disminución en la frecuencia de las recaídas. Existen otros agentes con efecto similar son glatiramer, azatioprina y mitoxantrone, este último con un potencial de efectos adversos más tóxicos. Los corticosteroides previenen la discapacidad que se atribuye a las recaídas. Los síntomas asociados a la esclerosis múltiple deben tratarse por equipos multidisciplinarios que incluyan fisioterapia, psicoterapia, intervención social y médica. La espasticidad puede tratarse con baclofeno o tizanidina, la falta de control de esfínteres con anticolinérgicos, tipo oxibutinina, si es por fallo del músculo detrusor, sino debe sondarse intermitentemente al paciente. La disfunción eréctil responde al sildenafilo. La carbamazepina es útil en los ataques paroxísmicos. No existe ningún tratamiento efectivo para el temblor ni la fatiga.
Palabras claves:
  • OXIBUTININA
  • BACLOFENO
  • TIZANIDINA
  • SILDENAFILO
  • SINTOMAS
  • INTERFERON
  • CARBAMACEPINA

NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.