Sesionbes Bibliográficas. 01 de Febrero de 2003 (45)

Opioides: Sus indicaciones incluyen dolor postoperatorio, dolor debido a anemia falciforme y dolor oncológico. El aclaramiento de varios opiodes está disminuido en neonatos y alcanza los valores de adultos desde el primer hasta los 6 meses de vida. Los metabolitos activos de la morfina son excretados vía renal y se pueden acumular en neonatos porque esta función todavía no está madura. Los neonatos y bebés con enfermedad pulmonar crónica pueden tener un mayor riesgo de depresión respiratoria debida a opiodes. En los niños de 3 a 6 meses de edad el efecto analgésico de la morfina y el fentanilo es similar y la depresión respiratoria no es mayor que en adultos con concentración similares de estos fármacos. La infusión continua de opioides durante el postoperatorio ha sido muy utilizada en niños obteniéndose normalmente buenos resultados en cuando eficacia y efectos adversos, aunque existe una incidencia substancial de efectos adversos periféricos. En niños por debajo de 6 meses se debe iniciar con 0.01 mg/kg por hora de morfina y con 0.025 a 0.04 mg/kg por hora en niños de más de 12 meses de edad. La meperidina a dosis bajas es útil para tratar los temblores post operatorios o tras la infusión de anfotericina, pero no presenta ventajas como analgésico. El fentanilo provoca una analgesia con un rápido inicio y corta duración útil en procedimientos cortos. El fentanilo transmucosa oral es eficaz en pacientes en los que no sea posible el acceso intravenoso. El fentanilo transdérmico puede ser útil en niños con cáncer. La metadona por vía oral o intravenosa es útil debido a su larga duración de acción, aunque requiere una monitorización para prevenir una sedación tardía. La depresión respiratoria leve se puede tratar despertando al paciente, haciendo que respire profundamente y suspendiendo el tratamiento hasta que desaparezca el efecto adverso. Si la situación es grave se puede necesitar respiración asistida y naloxona. Otros efectos adversos comunes en niños provocados por opioides incluyen nauseas, íleo, retención urinaria; éstos se pueden tratar con fármacos como antieméticos o laxantes. Anestésicos locales: Son muy utilizados en niños. Las aminoamidas tienen un estrecho margen terapéutico en neonatos debido a su menor aclaramiento metabólico. La dosis máxima recomendada de lidocaína en neonatos es de 4 mg/kg sin epinefrina y 5 mg/kg con epinefrina, en niños es de 5 a 7 mg/kg. La dosis máxima de bupivacaína es de 2 mg/Kg en neonatos y 2.5 mg/kg en niños. Las formulaciones tópicas como cremas que contienen lidocaína y prilocaína, y gel de tetracaína son útiles en punciones. La anestesia regional es frecuentemente utilizada en niños siendo segura y eficaz. La analgesia epidural es efectiva también en neonatos prematuros y a término. Tratamiento del dolor oncológico: La mayoría de niños con cáncer avanzado se tratan de forma satisfactoria con opiodes por vía oral y un adecuado tratamiento de los efectos adversos. Cuando la administración por vía oral no es posible se puede utilizar la vía endovenosa, subcutánea o trandérmica. Algunos pacientes pueden presentar un dolor resistente a altas dosis de opioides pero pueden conseguir confort con infusiones epidurales o subaracnoideas de anestésicos locales y opioides. Tratamiento farmacológico del dolor crónico no oncológico: El dolor neurológico en niños es frecuentemente post traumático, para su tratamiento se han utilizado antidepresivos y anticonvulsivantes. Las migrañas recurrentes son comunes en niños. Sumatriptán, dihidroergotamina, ibuprofeno y paracetamol son fármacos que se han utilizado eficazmente en estas situaciones. Diversos ensayos clínicos han demostrado que los betabloqueantes, antagonistas de los canales de calcio y antidepresivos son eficaces en la prevención de la migraña.
Palabras claves:
  • ANALGESICOS
  • DOLOR
  • NEONATOS
  • NIÑOS

NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.