Sesión Bibliográfica. 01 de Julio de 2003 (50)

La incidencia de úlceras por presión varía notablemente según el lugar donde se estudian, la historia del paciente y otros factores dependientes del contexto, pero suelen ser mas prevalentes en los hospitales y menos en las casas. Las úlceras de presión aparecen cuando una presión constante sobre una estructura con hueso obstruye el flujo capilar, lo que conduce a una necrosis tisular. Puesto que la microcirculación depende de impulsos simpáticos cerebrales y de la secreción de sustancias por determinadas células endoteliales ambos procesos alterables por numerosas patologías, los pacientes enfermos pueden ser más susceptibles de sufrir problemas isquémicos como las úlceras por presión. La presión necesaria para obstruir el flujo capilar depende de la severidad de la patología del paciente, de la comorbilidad, y de numerosos factores de riesgo, mas de 100 descritos en la literatura, de los que destacan varios, como la diabetes mellitus, enfermedad vascular periférica, sepsis, hipotensión o enfermedad vascular cerebral. La prevención de las úlceras por presión depende de numerosas intervenciones, pero pocas de estas han sido evaluadas rigurosamente. La implantación de programas de prevención de úlceras por presión se ha demostrado costo-efectiva, reduciendo notablemente la incidencia de las mismas. Es muy importante comenzar estos programas lo antes posible, considerándose por ejemplo, un tiempo óptimo en el entorno hospitalario, dentro de las primeras 48 horas tras el ingreso. Se ha demostrado que la presión elevada en la piel durante un periodo determinado de tiempo se traduce en el desarrollo de las úlceras por presión. Por ello, la principal maniobra a la hora de prevenir su aparición consiste en cambiar o redistribuir las áreas de presión en el cuerpo. Por ello se requiere un plan de cambio de posición del paciente, que ha de ser cada dos horas, aproximadamente, en los pacientes de riesgo. También hay que tener en cuenta la superficie de soporte. Así, hay diversas superficies preparadas para minimizar el riesgo de úlceras por presión. Así, en los pacientes de bajo riesgo se pueden usar superficies no dinámicas, que no requieren por tanto electricidad. En pacientes con un riesgo superior es mejor el uso de superficies dinámicas, movidas por electricidad, o mediante bombas. Los programas de prevención de úlceras por presión, además de cambios posturales y superficies de descanso, deben incluir medidas para una correcta nutrición de los pacientes y educación de los cuidadores.
Palabras claves:
  • ÚLCERA
  • PRESIÓN
  • ANCIANO
  • POSTURA.

NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.