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Este artículo revisa diversos tratamientos para la obesidad: fármacos, plantas medicinales y productos ""milagros"". Existen sólo dos fármacos registrados como especialidades farmacéuticas para el tratamiento de la obesidad: orlistat y sibutramina. Ambos tienen la misma indicación: obesidad o sobrepeso con complicaciones asociadas al aumento de peso. Su mecanismo de acción es diferente, orlistat es un inhibidor de la lipasa intestinal y sibutramina es un inhibidor de la recaptación de serotonina y noradrenalina. Los dos han demostrado en los ensayos clínicos realizados una disminución moderada y mantenida del peso. Pero el tratamiento siempre se debe acompañar de consejos dietéticos y actividad física moderada. Asimismo, se hace una extensa revisión de las plantas medicinales más frecuentemente utilizadas por la población general para el tratamiento del sobrepeso y la obesidad con sus indicaciones y efectos adversos. La mayoría tienen un efecto diurético y laxante. Hay que tener en cuenta que mayoritariamente estos productos no poseen estudios científicos que avalen su eficacia y toxicidad y carecen de registro sanitario como especialidad farmacéutica. De todas ellas, de las que se dispone de más información y estudios es del té y sus variedades. El artículo también revisa productos ""milagro"" antiobesidad. La mayor parte de los componentes de estos productos son laxantes, diuréticos, excitantes del sistema nervioso, fibra o complejos vitamínicos. Igualmente revisa los productos que más frecuentemente se encuentran en las fórmulas magistrales adelgazantes. Otros productos milagro son el suero de leche, las cápsulas de vinagre de manzana y el chitosáno. Como conclusión se afirma que no existe evidencia científica que avale el uso de cualquiera de estas sustancias antiobesidad. Es necesario realizar ensayos clínicos bien diseñados, aleatorizados y doble ciego, con número suficiente de pacientes y durante un periodo al menos comparable con el de los fármacos antiobesidad de que hoy disponemos para recomendar su uso por eficacia y seguridad. Así que no pueden recomendar el uso de ninguna de las sustancias que se anuncian como productos antiobesidad por carecer de eficacia científica comprobada.