Sesión Bibliográfica. 01 de Marzo de 2004 (57)

En este artículo se revisan los avances en el diagnóstico, en el análisis de los mecanismos implicados y en el tratamiento de la osteoporosis que se han realizado en la última década. En el año 2001 la osteoporosis se definió como la enfermedad del esqueleto que se caracteriza por una resistencia ósea alterada con un aumento del riesgo de fractura. La resistencia ósea refleja la integración de dos elementos: densidad y calidad ósea. La calidad ósea engloba diversas características del tejido óseo relacionadas con la macroarquitectura, microarquitectura, características del recambio óseo y propiedades tisulares como el grado de mineralización secundaria, acumulación de microlesiones y los enlaces de colágeno. En ausencia de un método idóneo para la valoración de la calidad ósea, en la actualidad el diagnóstico de osteoporosis se basa en la medición de la densidad mineral ósea. Además de una masa ósea baja existen otras situaciones clínicas que aumentan de forma importante el riesgo de fractura, entre los que cabe destacar: el antecedente de fractura por fragilidad después de los 40 años, el antecedente de fractura en un familiar de primer grado y la edad avanzada. Otro factor de riesgo importante es el tratamiento con glucocorticoides. Las recomendaciones en la evaluación del paciente con osteoporosis incluyen el análisis de los factores de riesgo de fractura y de masa ósea, la detección de fracturas vertebrales en la radiología, la medición de la densidad mineral ósea y la determinación de pruebas de laboratorio. En los últimos años se han desarrollado nuevos marcadores bioquímicos del recambio óseo que tienen una mayor sensibilidad y especificidad diagnóstica, aunque su utilidad en la práctica clínica es motivo de debate. También se han realizado numerosos avances en la identificación de los mecanismos implicados en el desarrollo de osteoporosis y en la regulación del remodelado óseo. Entre ellos destacan el descubrimiento de marcadores moleculares de osteoporosis, de los mecanismos de regulación del remodelado óseo (sistema RANK/RANKL/OPG) y de parámetros integrados en el concepto de calidad ósea. Los avances realizados en los últimos años en el ámbito terapéutico de la osteoporosis incluyen una mejor identificación y, por tanto, capacidad de prevención del riesgo de caída, un mejor abordaje del dolor secundario a fractura vertebral y el desarrollo de fármacos capaces de reducir el riesgo de fractura. Entre los fármacos antirresortivos o estimuladores de la formación ósea se incluyen los suplementos de calcio asociados o no a dosis bajas de vitamina D, el tratamiento hormonal sustitutivo, la calcitonina, el etidronato, el raloxifeno, el alendronato y el risedronato. Además, destaca un nuevo fármaco, la teriparatida u hormona paratiroidea [1-34] con marcada capacidad para estimular la formación ósea.
Palabras claves:
  • OSTEOPOROSIS
  • DIAGNÓSTICO
  • TRATAMIENTO

NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.