Sesión Bibliográfica. 01 de Julio de 2004 (61)

La obesidad infantil está alcanzando proporciones epidémicas. Este hecho está generado por un desequilibrio en la ingesta energética, siendo uno de los factores que puede influir en este hecho el excesivo consumo de refrescos edulcorados con azúcar, debido a su gran densidad energética e índice glucémico. Se sabe que los niños que consumen un refresco diario tienen una media de consumo energético un 10% superior a los que no lo hacen. Se presenta un estudio en que se trató de dilucidar si un programa para reducir el consumo de refrescos en niños podía prevenir la excesiva ganancia de peso en este grupo de población. En este trabajo se estudiaron 644 niños de 7 a 11 años de 6 colegios diferentes, a los que se dividió en dos grupos uno intervención y otro control. A este segundo se les dieron tres sesiones de una hora de duración para educarlos acerca de la problemática de los refrescos. Tras la intervención se realizó una medida de la ingesta de refrescos, y se determinó el número de niños con exceso de peso. El grupo intervención presentó una ingesta de 0,6 vasos diarios de refresco menos que el control, y una media de 7,7% menos de niños con exceso de peso. Con estos resultados, los autores concluyeron que un programa de educación puede producir una modesta reducción en el número de refrescos consumidos, lo que se asocia a una reducción en el número de niños con obesidad o sobrepeso.
Palabras claves:
  • OBESIDAD
  • SOBREPESO
  • REFRESCO
  • INFANCIA
  • EDUCACIÓN

NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.