DICAF

Durante el verano, olas de calor infrecuentes se han visto acompañadas de un aumento de la mortalidad. Algunos pacientes, a causa de los tratamientos medicamentosos que siguen, están más expuestos que otros a complicaciones graves e incluso mortales. Es cierto que los estudios epidemiológicos sobre este tema son poco numerosos , pero la prudencia justifica tener en cuenta los datos clínicos disponibles y los conocimientos farmacológicos sobre los productos. Estos medicamentos son principalmente substancias que perturban de una manera u otra la termorregulación central y la sudación: numerosos psicotropos, neurolépticos, antidepresivos serotoninérgicos, imipramínicos o IMAO y antihistamínicos H1; muchos medicamentos anticolinérgicos; los inhibidores de la anhidrasa carbónica, como el topiramato y la acetazolamida; los simpatomiméticos, entre ellos los amfetamínicos. Por otra parte, la función renal está amenazada por los medicamentos que exponen a un riesgo de insuficiencia renal funcional, en caso de deshidratación, a saber principalmente los diuréticos, los AINE, los IECA y los antagonistas de la angiotensina. Los medicamentos eliminados por vía renal en forma incambiada, activa y con un margen terapéutico estrecho exponen a efectos adversos poor sobredosis (ejemplo: litio, sulfamidas, hipoglicemiantes, metformina y flecainamida). El anuncio de una ola de calor es la ocasión de replantear el tratamiento de los pacientes, teniendo en cuenta también el alcohol, la cocaína y el ecstasy que son factores de riesgo suplementarios. En algunos casos los medicamentos pueden suspenderse transitoria o definitivamente o bien disminuir las dosis. Es importante informar bien a los pacientes y a sus familiares a fin de que extremen la protección contra el calor.