Sesionbes Bibliográficas. 01 de Diciembre de 2004 (65)

La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE) se define como el paso espontáneo de contenido gástrico al esófago, sin acompañarse de náuseas, vómitos, eructo, que entraña un riesgo de complicaciones físicas o produce un deterioro en la calidad de vida del paciente. Se clasifica en: ERGE no erosiva o con endoscopia negativa, que engloba a individuos sin esófago de Barrett ni soluciones de continuidad en la mucosa esofágica, y ERGE erosiva o con endoscopia positiva, cuando existen hallazgos endoscópicos significativos, entre los que se excluyen los llamados cambios mínimos, como edema, eritema y friabilidad de la mucosa. El objetivo del tratamiento de la ERGE no erosiva es proporcionar un control satisfactorio de los síntomas. Las opciones terapéuticas son: -Medidas generales y antiácidos neutralizantes: Los antiácidos pueden ser apropiados para el alivio ocasional de los síntomas diurnos, pero no en caso de síntomas frecuentes o nocturnos. -Procinéticos: La metoclopramida y la domperidona no han demostrado una mejoría significativa de los síntomas y/o lesiones en monoterapia ni asociados a antisecretores. Sólo los pacientes que presentan síntomas de regurgitación importantes, meteorismo, saciedad, estreñimiento o resistencia al tratamiento antisecretor podrían beneficiarse de la asociación de un procinético a un inhibidor de la bomba de protones. -Anti-H2: Sus principales limitaciones son la necesidad de dosis frecuentes, la interacción con la ingesta y el desarrollo de tolerancia, junto con un alivio sintomático de sólo el 38-72% de los casos. -Inhibidores de la bomba de protones: Son los únicos agentes capaces de suprimir adecuadamente el ácido y conseguir un alivio sintomático en el 78-92 % de los casos. Existen 2 estrategias terapéuticas en la ERGE erosiva: 1.Estrategia ascendente: Comienza con cambios en el estilo de vida y fármacos menos caros, aunque menos efectivos, como son las medidas higiénico-dietéticas y los antiácidos neutralizantes, y si persisten los síntomas, los sustituyen por otros más efectivos, como los anti-H2 o los procinéticos y, finalmente por los inhibidores de la bomba de protones. Sin embargo, esta pauta es insuficiente para el alivio sintomático rápido y no ha demostrado mayor coste-eficacia, puesto que favorece el aumento de número de consultas médicas y la utilización de exploraciones endoscópicas. 2.Estrategia descendente: El tratamiento se inicia con fármacos más eficaces, aunque más caros (inhibidores de la bomba de protones), y tras el alivio sintomático se sustituyen por opciones terapéuticas menos eficaces hasta llegar al mínimo tratamiento capaz de mantener al paciente en remisión. Una vez alcanzado el efecto terapéutico con dosis estándar de inhibidores de la bomba de protones, su administración de forma intermitente o a demanda ha mostrado ser el tratamiento más adecuado y seguro.
Palabras claves:
  • Inhibidores bomba de prot
  • Antiácidos
  • Anti-H2
  • Procinéticos
  • RGE

NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.