DICAF

Los corticoides tópicos son el tratamiento más eficaz de muchas enfermedades dermatológicas por ser antiinflamatorios inespecíficos, útiles sobre muchas inflamaciones, y por revertir la dilatación y la permeabilidad vascular, lo que resulta útil en edemas, eritema y prurito. Las reacciones adversas son principalmente locales, con poca incidencia a nivel sistémico. En cuanto a las formulaciones, los vehículos grasos, de elección en lesiones secas y escamosas, son los más eficaces por su capacidad oclusiva. Las cremas se usan en lesiones húmedas o en intertrigos y los geles, aerosoles y lociones son útiles para aplicar en áreas pilosas. El uso de los corticoides tópicos ha de ser intermitente o por cortos periodos de tiempo, en superficies poco extensas y con corticoides tópicos de baja potencia (como hidrocortisona 0.25-1%) en niños y ancianos. Los corticoides tópicos constituyen el tratamiento de primera elección en dermatitis atópica o de contacto, lesiones crónicas liquenificadas, eczemas no ulcerados, liquen plano o simple crónico (alternativa a los sistémicos) y para reducir el dolor y la inflamación en quemaduras de primer y segundo grado, y en reacciones alérgicas por las picaduras de insectos y artrópodos. Son alternativas o tratamiento auxiliar en psoriasis, eczema liquenificado crónico, dermatitis seborreica (junto a antifúngicos) o del pañal (junto a cremas barrera), infiltración linfocítica de la piel, alopecia areata, prurito nodular, lupus, micosis fungoide... Como tratamiento sintomático se puede usar en la inflamación que se produce en infecciones dérmicas, y ha mostrado utilidad asociado a urea en lesiones xeróticas, a la brea de hulla en psoriasis, dermatitis atópica y eczema crónico, o al ácido salicílico en casos de hiperqueratosis.