Sesión Bibliográfica. 01 de Enero de 1996 (7)

La electroestimulación transcutánea se basa en el principio de que una estimulación cutánea de poca intensidad bloquea la transmisión de la sensación dolorosa por las vías nerviosas. Simplemente, una pequeña caja envía impulsos eléctricos a electrodos colocados sobre la piel en las zonas dolorosas. Es posible hacer variar la intensidad (1-100 mA) y la frecuencia de los impulsos (1-120 Hz). Los efectos adversos parecen ser escasos (irritación cutánea, perturbación de estimuladores cardíacos), pero la eficacia real de esta técnica es discutible. Un organismo de salud canadiense lo ha querido concretar a partir de un amplio análisis de toda la literatura existente sobre el tema. Se han examinado detalladamente 37 ensayos comparativos randomizados que estudiaban la eficacia antálgica de la electroestimulación transcutánea sobre dolores agudos (postoperatorios, parto) y dolores crónicos (lumbalgias, poliartritis, artrosis). Hay que observar que no se ha encontrado ningún ensayo comparativo randomizado realizado con pacientes que sufrían dolores crónicos de origen neurológico. Una vez examinados los ensayos más rigurosos y los que habían incluido mayor número de pacientes, los autores han llegado a la conclusión de que no se puede afirmar que la electroestimulación transcutánea tenga mayor efecto antálgico que un placebo
Palabras claves:
  • EFICACIA
  • DOLOR
  • EVALUACION

NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.