El consumo de tabaco es la principal causa de muerte evitable en EE. UU. y en el mundo.
Aunque el consumo de cigarrillos convencionales ha disminuido gradualmente entre los niños jovenes en los EE. UU. desde finales de la década de 1990, el uso de cigarrillos electrónicos (e-cigarrillos) está aumentando rápidamente y ahora es más común entre los jóvenes que fumar cigarrillos de tabaco. Las ventas de e-cigarrillos en el mercado estadounidense han aumentado rápidamente, sobretodo entre jóvenes, según refleja una Encuesta Nacional de Tabaco. De 2011 a 2019, el uso actual de cigarrillos electrónicos aumentó de 1.5% a 27.5% entre estudiantes de secundaria (de un estimado de 220.000 a 4.11 millones de estudiantes).
Los e-cigarrillos generalmente contienen nicotina que es adictiva, y la evidencia sugiere una asociación entre el uso de e-cigarrillos en adolescentes no fumadores y el posterior consumo de cigarrillos en adultos jóvenes. Además, a medida que aumenta el grado de consumo de e-cigarrillos, también aumenta la frecuencia e intensidad de fumar cigarrillos de tabaco.
La exposición a la nicotina durante la adolescencia puede dañar el cerebro en desarrollo, afectando a la función cerebral y la cognición, la atención y el estado de ánimo; por lo tanto, minimizar la exposición a la nicotina de cualquier producto de tabaco en la juventud es importante.
En 2019, se produjo un brote de lesión pulmonar asociada al uso de e-cigarrillo o vapeo (EVALI) en los EE. UU. Aproximadamente el 15% de los pacientes hospitalizados con EVALI eran menores de 18 años. Se descubrió que el acetato de vitamina E, un aditivo para algunos cigarrillos electrónicos que contienen tetrahidrocannabinol, estaba fuertemente relacionado con el brote.
Varios tipos de intervención de asesoramiento conductual son eficaces para prevenir el inicio del consumo de tabaco en los niños, incluido el asesoramiento presencial, el asesoramiento telefónico y las intervenciones basadas en soportes en formato electrónico e impresas.
Las intervenciones individuales se dirigen a audiencias específicas (el niño/adolescente, padre o ambos) y una variedad de rangos de edad. Por ejemplo, en los estudios revisados, 14 intervenciones para niños de 7 a 10 años tendían a ser materiales impresos, mientras que el asesoramiento cara a cara y las intervenciones telefónicas y en formato electrónico generalmente apuntaban a niños mayores de 10 años. Las intervenciones dirigidas a los padres tienden a ser impresas o telefónicas. El número de contactos realizados con los destinatarios de la intervención también varió, desde 1 a 8 contactos. La intensidad de las intervenciones varió, con el contenido de los materiales impresos que van desde pegatinas hasta boletines informativos o un libro de actividades (para niños) o una guía de actividades (Para padres). Para las intervenciones telefónicas, la asesoría telefónica generalmente se brindaba junto con otra modalidad, como materiales impresos o asesoría personal. Según la evidencia revisada, ningún componente específico de las intervenciones de asesoramiento conductual (como la modalidad de intervención, el público objetivo, la duración de la intervención o el entorno de la intervención) pareció hacer que una intervención fuera más o menos efectiva. Por lo tanto, los médicos tienen una amplia gama de intervenciones efectivas de asesoramiento conductual para elegir.
Tras la revisión, el USPSTF concluye con moderada certeza que las intervenciones conductuales factibles en la Atención Primaria, incluida la educación o el asesoramiento breve para prevenir el consumo de tabaco en niños y adolescentes en edad escolar tienen un beneficio neto moderado. No hay pruebas suficientes para determinar el equilibrio de los beneficios y los daños de las intervenciones de Atención Primaria para dejar de fumar entre los niños y adolescentes en edad escolar que ya fuman, debido a la falta de estudios con poder suficiente sobre las intervenciones de asesoramiento conductual y la falta de Estudios sobre medicamentos.
El USPSTF recomienda que los médicos de Atención Primaria brinden intervenciones, incluida educación o asesoramiento breve, para evitar el inicio del consumo de tabaco entre niños y adolescentes en edad escolar. (Recomendación B).
La evidencia actual es insuficiente para evaluar el equilibrio de beneficios y daños de las intervenciones factibles para dejar el consumo de tabaco en niños y adolescentes en edad escolar desde Atención Primaria.