La reeducación alimentaria y de los hábitos higiénicos pueden resolver muchos casos de estreñimiento sin recurrir a la farmacoterapia.
El estreñimiento habitual, ya sea predominantemente espástico o átono requiere una dieta que proporcione cantidad suficiente de residuos y aporte abundantes líquidos (ver ficha: Estreñimiento. Alimentos ricos en fibra).
En una primera fase se recomienda dieta blanda, a base de cremas, purés, verduras tiernas y legumbres cocidas, carnes blandas, pescado blanco, leche y derivados, frutas maduras cocidas o en almibar, pan blanco y grasa en la cantidad que se desee. En el estreñimiento átono puede añadirse a la dieta caldos de carne, salsas, infusiones concentradas, yema de huevo, nata, mantequilla, aceites vegetales, aceitunas, bebidas frías y zumos de fruta naturales.
En la segunda fase se agregan paulatinamente alimentos más ricos en residuos, vegetales duros y fibrosos, leguminosas enteras, frutos crudos y secos y pan integral.
El estreñimiento crónico puede producir colitis, en este caso debe tomarse primero una dieta de fácil digestión y pocos residuos, hasta que vaya remitiendo la sintomatología inflamatoria y puedan irse añadiendo residuos.
En un paciente con hemorroides se recomienda dieta con residuos y abundantes líquidos. Si se produce crisis diarréica la dieta será blanda de protección intestinal junto con los fármacos correctores.
Además de la dieta, son básicas unas recomendaciones higiénicas para mejorar el estreñimiento: mantener un ritmo, dedicando cada día unos minutos a la defecación, comer despacio y reposar después de comer y realizar ejercicio físico.
Palabras claves:
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NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.