En el tratamiento de la diarrea es básica la rehidratación, con la reposición de electrolitos por vía oral o intravenosa si fuera preciso.
Una solución casera hidratante puede ser la formada por:
4 cucharadas soperas de azúcar
3/4 cucharadita de sal
1 cucharadita de bicarbonato
1 taza de zumo de naranja
1 litro de agua
Los pacientes de mayor riesgo de sufrir deshidratación son los lactantes y ancianos.
Los fármacos utilizados son: absorbentes (carbón activo, pectina, hidróxido de aluminio, caolín, trisilicato de magnesio, bismuto, etc.) , protectores de la mucosa (carbón, carbonato de calcio y caolín), astringentes vegetales (taninos), inhibidores de la motilidad intestinal (opiáceos, tipo loperamida), resinas de intercambio iónico (resincolestiramina), enlentecedores del cambio y antibióticos (ampicilina, trimetoprim, sulfametoxazol, tetraciclinas...).
La dieta antidiarréica debe ser rica en proteínas y calorías, poco copiosa y frecuente, con alimentos blandos o triturados y a temperaturas no extremas. Se recomienda zanahoria, arroz y yogur.
Las medidas higiénicas son básicas en la prevención de diarreas.
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NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.