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El pian es una enfermedad infecciosa crónica con afectación sobre la piel, los huesos y los cartílagos que si no se trata puede causar desfiguración y discapacidad permanentes. Las nuevas estrategias de erradicación esperan poder poner fin a la existencia de la enfermedad a nivel global en 2020.

Varios fármacos comúnmente utilizados para tratar neonatos contienen excipientes nocivos en cantidades que, traspasadas a su equivalente en adultos, exceden la ingesta diaria aceptada. Los médicos deben ser conscientes de ello para prescribir el tratamiento adecuado en esta población.

Aunque el riesgo es bajo, muchos de los parásitos que pueden encontrarse presentes en nuestros animales de compañía pueden causar enfermedades graves. Los niños, las personas de edad, pacientes inmunodeprimidos y las mujeres embarazadas son particularmente vulnerables.

Una proporción importante de pacientes que recibe este tipo de medicamentos de manera crónica no los necesita, y obtendrían un efecto beneficioso si dejasen de tomarlos. El consumo continuado de inhibidores de la bomba de protones expone a efectos potencialmente graves.

La revisión de los documentos informativos mostraron la presencia de notables incoherencias y aunque contenían un gran umero de las reacciones adversas conocidas, carecían de datos e información de contexto importantes relacionados con la duración, la gravedad y reversibilidad, de los efectos no deseados.

Un meta-análisis de datos de pacientes individuales indica que el tratamiento con beta bloqueadores reduce la mortalidad por todas las acusadas y los ingresos hospitalarios por insuficiencia cardíaca, independientemente de la edad o el sexo del paciente.