Como ya se sabe, un efecto adverso neurológico, dosis dependiente, de la metoclopramida son las reacciones de distonías agudas. Se dan sobre todo en niños y adultos jóvenes y suelen estar relacionadas con una sobredosis relativa o o dependen de la sensibilidad individual. Los trastornos se presentan al empezar el tratamiento, a menudo durante los tres primeros días, a veces incluso con la primera dosis y se manifiestan al cabo de 1-3 h de la administración por una hipertonía que suele localizarse en la cara y en la nuca. Entre otras se pueden observar crisis oculógiras, discinesias bucolinguales o tortícolis espasmódicas. También se puede dar una afección distónica del tronco y de los miembros, pero es menos frecuente. Debido a la espectacularidad del cuadro clínico, muchas veces el paciente es hospitalizado y se le realizan múltiples exploraciones inútiles, sin pensar en el origen yatrógeno. Al suspender la metoclopramida el cuadro evoluciona hacia una regresión rápida y sin secuelas, ya sea espontáneamente o con un tratamiento sintomático (benzodiazepinas o anticolinérgicos). En la práctica, conviene informar a los pacientes y a los padres de los niños de la existencia de este riesgo, recomendarles que no sobrepasen la dosis prescrita y que respeten un intervalo al menos de 6 h entre las tomas, incluso en caso de vómitos.
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NewsLetter de abstracts redactados por expertos del programa y con la colaboración de profesionales de la salud que trabajan en diferentes ámbitos asistenciales.